El municipio alicantino vive una creciente inquietud por las movilizaciones de inmigrantes acogidos, que denuncian malas condiciones en su nuevo alojamiento.
La tensión ha vuelto a estallar en Guardamar del Segura (Alicante) tras la protesta del pasado miércoles de cerca de 200 inmigrantes irregulares alojados en el municipio. Según fuentes municipales, el descontento sigue en aumento, y desde el centro de acogida han surgido amenazas de nuevas movilizaciones, a pesar de las advertencias de que una conducta violenta podría llevar a la expulsión del programa de acogida.
Los manifestantes, en su mayoría procedentes de Mali, Senegal y Mauritania, han denunciado el traslado desde un hotel de cuatro estrellas en el centro del municipio a un complejo más alejado, donde aseguran vivir en condiciones de hacinamiento y sufrir problemas de abastecimiento de agua. La ONG Cepaim, encargada de su atención, ha sido criticada por la supuesta lentitud en la tramitación de su regularización y las deficiencias en la asistencia, aunque ha declinado hacer declaraciones.
El alcalde de Guardamar, José Luis Sáez (PSOE), ha reconocido que las protestas se han vuelto recurrentes tras el cambio de ubicación. "Siempre han sido pacíficas, pero esta última vez el número de manifestantes fue mucho mayor y estaban más alterados". La preocupación municipal es que este viernes, durante la celebración de un pleno, la situación vuelva a desbordarse. "Desde el centro donde están acogidos los inmigrantes amenazan con provocar nuevos altercados", han señalado fuentes cercanas al Ayuntamiento.
El malestar de los vecinos ha ido en aumento debido a varios episodios de violencia vinculados a algunos de los inmigrantes acogidos. Entre los casos más graves se encuentran agresiones sexuales a dos empleadas del resort donde anteriormente residían, así como el ataque a dos jóvenes en un pub y una agresión con arma blanca a un policía local. Sin embargo, el alcalde ha insistido en que estos hechos son "episodios aislados" y que, en general, la convivencia ha sido pacífica.
El portavoz municipal de Vox, Ángel Delfín, ha advertido reiteradamente sobre las consecuencias de la llegada masiva de inmigrantes irregulares. "Cuando lo denuncié me llamaron fascista y nazi, pero ahora algunos de mis críticos me han contactado preocupados por la situación", aseguró. Según sus estimaciones, en las próximas semanas podrían llegar más inmigrantes, lo que agravaría aún más la tensión si algunos de los actuales acogidos son expulsados del centro para hacer espacio a los nuevos.
Otro motivo de preocupación es la falta de efectivos policiales para contener una posible escalada de violencia. Durante la última protesta, solo había ocho agentes de la Guardia Civil y seis de la Policía Local, lo que, según Delfín, habría sido insuficiente para evitar un intento de ocupación del Ayuntamiento.
El caso de Guardamar del Segura se suma a una creciente problemática en España ante el aumento de la inmigración irregular y la falta de integración por parte de los inmigrantes. El Gobierno de Pedro Sánchez insiste en la importancia de los programas de acogida, aunque la gran cantidad de ilegales que ha llegado al país ha causado grandes problemas relacionados con la criminalidad, los ataques sexuales y la estabilidad en muchos focos de población.
Diego Córdoba, El Camarada del Mundo®, 07/02/2025.
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