Comunicados, nombres de plazas y pueblos, libros educativos y matrículas falsas parecen querer separar cada vez más a Cataluña de España, mostrándola como un país independiente.
El actual Gobierno de Pedro Sánchez, ha conseguido su posición actual gracias al apoyo de partidos independentistas como ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) y sigue necesitando y negociando el apoyo de Junts per Catalunya, el partido liderado por Carles Puigdemont. Esto ha causado críticas en gran parte de la población, que acusan al Ejecutivo de hacer concesiones a los independentistas para garantizar su propia mayoría parlamentaria.
La discreta imagen separatista es apreciable en las reformas y mensajes de los gobiernos autonómicos, como el comunicado del departamento de Investigación y Universidades de la Generalitat, que mencionó como Cataluña "es el veinteavo país del mundo en el ránking de investigadores más citados internacionalmente [...] representan el 0,55% de los profesionales con mayor impacto científico del mundo y 38% de los del Estado español" haciendo referencia a Cataluña como un país separado del Estado español.
Este uso del lenguaje también ha sido un impulso nacionalista que busca reforzar la idea de una Cataluña independiente. En los últimos años, numerosos espacios públicos y localidades han adoptado designaciones en catalán. Como pueden ser el cambio de nombres como la Plaza de España por Plaza de Cataluña en Barcelona y diversas localidades o el uso exclusivo de formas catalanas como Girona, Lleida y otro gran número de municipios que han sido reemplazados por nombres catalanes.
También se han denunciado contenidos "manipuladores" en libros de texto de Bachillerato, donde se describe a Cataluña como un “pequeño país de 32.108 km²” e incluye territorios franceses en sus mapas geomorfológicos, omitiendo cualquier mención a España. Según la denuncia, esto distorsiona la realidad geográfica y alimenta una visión sesgada en las aulas.
Con todo esto, y con las actuales tensiones, Cataluña sigue alejándose del resto de España con un separatismo discreto basado en el cambio de nombre y la educación, en función de prepararse para una posible independencia con las peticiones de Junts y las cesiones del gobierno español, incluso sabiendo que más del 60% de los catalanes rechazan la independencia.
Francisco Segovia, El Camarada del Mundo®, 21/01/2025.
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