Encabezada por el viceministro de Exteriores y un enviado especial del Kremlin, la misión busca reforzar la cooperación política, militar y económica con el nuevo gobierno sirio.
Rusia ha enviado este martes una delegación oficial a Siria, la primera visita de alto nivel desde que Bashar al-Assad, aliado de Moscú, fuese derrocado en diciembre por una ofensiva relámpago de las fuerzas rebeldes. La delegación, conformada por el viceministro de Exteriores, Mikhail Bogdanov, y el enviado especial de Vladímir Putin para Siria, Alexander Lavrentyev, aterrizó en Damasco con el objetivo de reforzar los lazos con el nuevo gobierno interino liderado por Ahmad al-Sharaa.
Según informó la agencia estatal rusa RIA Novosti, la visita tiene como fin establecer contactos directos con las nuevas autoridades sirias. Sin embargo, los detalles de la agenda diplomática no se han revelado en su totalidad. Por su parte, el periódico semioficial sirio Al Watan señaló que los funcionarios rusos sostendrán reuniones clave con el líder interino y el ministro de Exteriores para abordar temas de cooperación política, militar y económica.
La delegación rusa también busca asegurar la continuidad de sus operaciones militares en Siria. Aunque las tropas rusas se han replegado a la base de Hmeimim, no hay indicios de una retirada completa del país. La preservación de estas bases es crucial para Moscú, ya que la instalación en Tartus es su único centro de reparación y reabastecimiento en el Mediterráneo, y Siria ha servido como punto estratégico para el despliegue de contratistas militares rusos en África.
Álvaro Martínez, El Camarada del Mundo®, 28/01/2025.
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