Israel ha bombardeado este miércoles la capital de los Hutíes de Yemen como parte de la operación 'Joya Dorada' contra los rebeldes tras el lanzamiento de misiles desde Yemen hacia Israel. Teherán denuncia "crímenes de guerra" y exige a la comunidad internacional que frene la "agresión sionista".
Las Fuerzas de Defensa de Israel han llevado a cabo este miércoles un nuevo bombardeo aéreo contra el aeropuerto internacional de Saná, la capital del Yemen controlada por los rebeldes hutíes desde 2014. Según el Ejército israelí, el ataque logró destruir un avión que, aseguran, era utilizado por los hutíes para transportar combatientes y planificar ataques contra Israel.
La ofensiva es parte de la operación 'Joya Dorada', responde a una reciente serie de lanzamientos de misiles desde territorio yemení que han llegado a causar incluso bloqueos aéreos sobre Israel. Según el ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, "se ha destruido el último avión que los hutíes utilizaban" y advirtió que "cualquiera que ataque al Estado de Israel pagará un alto precio". Katz también anunció que puertos y otras infraestructuras yemeníes seguirán siendo blancos militares, incluidos el aeropuerto de Saná y otras instalaciones estratégicas.
Irán ha condenado el ataque calificándolo como "otra muestra del salvajismo y hostilidad del régimen sionista". El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei, ha acusado a Israel de cometer crímenes de guerra y obstaculizar el derecho de los peregrinos yemeníes a viajar a La Meca. Teherán pidió "acciones internacionales urgentes" y denunció la "impunidad" de Israel, a quien responsabiliza de alimentar la guerra y la inseguridad regional con el apoyo de Estados Unidos.
A pesar de que Israel asegura que sus ataques están dirigidos contra blancos militares, organizaciones humanitarias han advertido que los bombardeos están agravando la ya crítica situación humanitaria en Yemen. Testimonios de civiles apuntan a decenas de víctimas civiles, especialmente en zonas como Thaqban, al norte de Saná, donde un reciente ataque destruyó varias viviendas y mató a familias enteras.
«Dijeron que bombardearon la central eléctrica, pero ya no funcionaba. Aquí ya no queda nada que bombardear, salvo a la gente», lamentó Mohamed Althaibani, un yemení con nacionalidad estadounidense.
Estados Unidos también ha participado en ataques aéreos contra posiciones hutíes desde marzo, con más de 1.000 objetivos atacados, según el Pentágono. No obstante, los analistas coinciden en que la ofensiva militar no ha logrado debilitar significativamente la capacidad operativa de los hutíes, mientras aumenta el número de víctimas civiles y la destrucción de infraestructura esencial.
Los rebeldes hutíes controlan Saná y buena parte del norte y oeste de Yemen desde 2014 y cuentan con el respaldo de Irán. Israel los considera una extensión de la amenaza iraní en la región. Desde que comenzó la guerra en Gaza, los hutíes han declarado su apoyo a Hamás y han lanzado ataques con misiles y drones contra territorio israelí, así como contra barcos vinculados a intereses israelíes o estadounidenses en el mar Rojo.
Anónimo, El Camarada del Mundo®, 29/05/2025. ⌂⌂
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