Parménides pensaba, que todo está en estasis; y que el movimiento, es en realidad una ilusión que no-es... y que, por lo tanto, se debe dejar a un lado para contemplar lo que es y puede ser conocido. Ya, que lo que no-es, no existe en verdad.
Y estoy de acuerdo... pero existe una manera de reconciliar estasis y cambio, parada con movimiento; no en última instancia, pero sí como una necesidad para luego experimentar la propia verdad-existencia-permanencia.
Esta manera es como sigue: antes la permanencia a través del cambio personal, y luego la permanencia de lo que antes fue cambio.
Todos necesitamos cambiar; necesitamos (aunque suene absurdo), buscar esa permanencia o estabilidad de la verdad... y digo absurdo, porque buscarla la perturba, así como las olas al mar.
No obstante, si lo hacemos, es para después poder permanecer hasta la más clara Realidad de nuestro Ser... porque si fuéramos a mirar cada acto y palabra como una emanación o manifestación de la permanencia, llegaríamos a la realidad sin haber hecho uso de la ilusión del cambio que por algo nos llegó.
Y nos tocó precisamente caer en esa temporal ilusión, para que con el no-ser o cambio (buscando no obstante la permanencia del ser) nos desligáramos efectiva y eventualmente del campo de la Consciencia; y pudiéramos finalmente, comenzar a experimentar la nuestra.
Y es que, si nos individuamos con éxito, ya solo nos queda vivir desde el ser; hasta que caiga la ilusión de lo que no-somos.
Así pues, rememora: Primero la permanencia del cambio, y luego solo tu permanencia.
Meru, El Camarada del Mundo®, 05/03/2025.
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